No hay nada como mojar un buen pedazo de pan en salsa. Ya seas un novato en esto del mundo de la gastronomía, como si eres todo un gourmet con un paladar más que entrenado, todos coincidimos en que este gesto tan poco decoroso es uno de los mayores placeres a la hora de la comida. Son miles las variantes que existen en las diferentes cocinas del mundo y que sirven para acompañar toda clase de ingredientes. El secreto para una buena salsa es que no debe usarse nunca para ocultar o disimular el sabor de un plato, sino para realzarlo. Aunque desde hace ya unos años se ha visto maltratada por el auge de las cadenas de fast food, la salsa de roquefort es uno de esos clásicos gastronómicos atemporales que, bien elaborada, hace las delicias de cualquiera. Ideal para acompañar carnes, pastas o incluso ensaladas (aligerándola, eso sí, para que no convierta las verduras en un empaste); esta salsa se caracteriza por su cremosidad y sabor intenso, gracias al queso que le da su nombre. Esta semana en Bodegas Delgado te traemos la receta para que puedas elaborar esta deliciosa salsa que acompañará a platos como un buen solomillo de cerdo, de ternera o incluso darle un toque diferente a las tradicionales bolitas de flamenquín cordobesas. Como siempre decimos, la calidad de los ingredientes que utilizamos es lo más importante para dotar de sabor a nuestras recetas: por eso te sugerimos emplear cualquier variedad de nuestra gama de vinos finos, o incluso nuestro Chardonnay Lemonier de sabor fresco y aromas frutales, que sin lugar a dudas casarán estupendamente con el roquefort y las nueces que aparecen en esta receta. Y sin más dilación, ¡comenzamos!
Ingredientes (para 12 raciones):
½ kilo de roquefort o queso azul (siempre que sea de sabor fuerte).
1 taza de mantequilla sin sal.
3 tazas de vino blanco.
2 tazas de crema de leche.
80 gr. de nueces picadas.
Pimienta negra molida.
Perejil picado.
Elaboración:
- En un cazo, pon a calentar las 3 tazas de vino blanco, junto con la pimienta negra. Deja hervir hasta que se haya reducido a un tercio de la cantidad original.
- A continuación, añade las 2 tazas de crema y vuelve a dejar reducir, pero esta vez a fuego medio y removiendo para que ligue bien.
- Cuando vino y crema se hayan mezclado, añade poco a poco la mantequilla y el roquefort, removiendo a medida que se incorporan a la cazuela. Hazlo a temperatura suave, con el fuego bajo, para que los ingredientes puedan derretirse sin que la salsa se queme.
- Añade por último las nueces y el perejil picados cuando veas que la salsa ha espesado lo suficiente, removiendo para que absorba todos sus sabores y aromas. Espera a que la salsa se temple un poco para probarla y corregir de sal y pimienta, aunque no aconsejamos añadir sal a esta receta debido a que el roquefort es ya de por sí un queso muy salado. Sirve la salsa siempre caliente o tibia, para que se mantenga cremosa.
Como habrás podido comprobar, se trata de una receta muy sencilla y fácil de elaborar, ideal para aquellos que aún están dando sus primeros pasos como cocinillas. Un truco para potenciar el sabor de las nueces es tostarlas ligeramente en una sartén antes de añadirlas a la mezcla final. Sin duda, tus platos te lo agradecerán. Síguenos en nuestras redes si no quieres perderte ninguna de las estupendas recetas que desde Bodegas Delgado te traemos cada semana, para que las disfrutes junto a nuestros vinos de elaboración propia en Puente Genil (Córdoba).
